A veces es fácil sorprenderse cuando uno aparece directamente en una de sus fotografías. La intensidad, la pasión de trabajar en lo que uno ama, siempre se notan, y aunque no aparezcas directamente siempre está ahí presente ese retrato oculto de aquel que toma la fotografía desde su propia visión.
Pero cuando uno se ve a si mismo en las fotografías (y fotografiando) no deja de pensar en lo raro que se nos ve. Al menos en este caso, en el que se nota que pienso tanto en captar a la modelo que no me importa la determinación ni la forma en la que salga lo demás, aunque forme parte indiscutible de la imagen.
No hay más. Sólo cabe dar las gracias a todos los que me dan la oportunidad de retratarles a través de mis lentes y que luego me lo agradecen y se van con un buen sabor de boca. No hay nada mejor que la sensación de adrenalina de saber que vas por el camino que elegiste y que además a los que pasan por él para transitarlo contigo les sirve y les gusta.
Gracias, sin vosotros no habría Rocio Ponce Photography 😀
En la foto: Susana.